viernes, 29 de octubre de 2010
Iverson, la dura caída de un dios de la NBA
Se las ha tenido con casi todos sus entrenadores, ha abandonado varios equipos, ha llegado tarde a los entrenamientos de la selección de Estados Unidos, ha permanecido recluido en prisión después de una pelea con tintes raciales, ha sido detenido por posesión ilegal de armas de fuego y por amenazas de muerte a su esposa y a sus presuntos amantes... Se llama Allen Iverson, ha sido un ídolo en la NBA y, a sus 35 años, está a punto de recalar en Turquía para vestir los colores rojo y negro del Besiktas.
El punto y final de la NBA le llega tras una temporada en la que huyó de Memphis, el equipo que arriesgó al ficharle hace justamente un año pese a que acababa de salir malparado de sus experiencias en Denver y Detroit. "No tengo ningún problema con mi lesión, pero sí con mis posaderas de estar tanto en el banquillo", reconoció Iverson tras salir por piernas de Memphis después de acumular 67 minutos en tres partidos. De manera sorprendente, los Sixers, el equipo con el que triunfó, le dieron un último cartucho que él se encargó de desperdiciar al desaparecer de manera repentina alegando problemas personales. Se habló de la fortuna que perdió con las apuestas, de los conflictos con su familia, de su adicción al alcohol.
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